Gran Corazón Verde en nuestro Evento por el Clima

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Sin duda el Evento por el clima del domingo 29 de noviembre un éxito de asistencia de personas conciencias con el efecto que está teniendo la actividad humana sobre el clima de nuestro planeta.

Lo pasamos en grande durante todo el día. Hubo juegos, besos, chocolate, actuaciones, pastas, comida, bebida, risas, niños, abrazos, buen tiempo, amigos, vacas con sus ternerillos… ¡no falto de nada en un día super agradable!

En la parte más formal leímos este MANIFIESTO:

El clima es nuestro mayor bien común. La estabilidad climática, ese desordenado orden de calma y tempestad, nos da la Vida. Ya estamos acostumbrados. La vida se forjó con estos cambios: diarios, estacionales, aleatorios, dramáticos a veces, pero siempre estimulantes y renovadores para la vida. Hasta que una especie, la humana, impuso un ritmo tremendamente acelerado, un metabolismo petrolífero, que a cortísimo plazo nos parece progreso, pero que en realidad nos pone en un grave aprieto.

Las consecuencias de un brusco cambio climático supondrían una enorme dificultad de adaptación para la Vida. Habría una extinción masiva de especies, reduciéndose la capacidad productiva de la Naturaleza y también las oportunidades de sobrevivir de todos los seres vivos. El Planeta sería un lugar yermo y empobrecido para todos. Sequías, inundaciones y otros desastres naturales desencadenarían hambrunas, enfermedades y éxodos masivos, haciendo aflorar la violencia y las guerras. Los niños, que son los menos responsables del cambio climático, serían los que más sufrirían las consecuencias.

Hoy nuestro corazón es verde y grande, muy grande, tan grande que se verá desde el cielo. Este corazón que late ahora en todo el mundo tiene que llegar a oírse en esos despachos de París, donde mañana empieza la cumbre sobre el Clima y donde científicos y mandatarios políticos discutirán sobre ello.

Por eso estamos aquí, para decirles bien alto a esos políticos y científicos que esto no es un juego, que el Clima ni se compra ni se vende, y que no queda tiempo. Que debemos sustituir las energías fósiles por energías renovables, promover una agricultura más sostenible y menos dependiente del petróleo, fomentar la eficiencia energética y restaurar el daño ya ocasionado a la Naturaleza, y decirnos también a nosotros mismos como consumidores de energía, que actuemos en consecuencia a nuestras exigencias.

Dejemos también de discutir de qué color pintamos el salón de este mundo, si azul o rojo, mientras el suelo se nos raja bajo nuestros pies y el cielo se desploma sobre nuestras cabezas.

Porque queremos un Planeta limpio, fértil, apto para la vida y adornado con los colores de todo lo viviente. Un Planeta donde todos tengamos una posibilidad de vida, y sobre todo, poder dejar a nuestros hijos un lugar lleno de oportunidades donde poder ser felices.

POR NOSOTROS, POR NUESTROS HIJOS E HIJAS Y ¡¡POR LA VIDA!!

Por César, Javi, Antonio, Cristina y Angélica.

y escuchamos este “MENSAJE DE LA VIDA”:

Llevo aquí en este Planeta millones de años, desde que tan solo era una pequeña célula en un charco de agua. Aproveché la energía del sol, el oxígeno y el calor para crecer. Pero no podía quedarme ahí, en cualquier momento podía desaparecer. Entonces, me multipliqué y adopté múltiples y diferentes formas para poder vivir en cualquier lugar del planeta. Me convertí en los peces del mar, en las aves del cielo, en colección de dinosaurios, en cactus del desierto, en árbol de la selva y en liquen de la tundra. Aguanté el calor más sofocante y el frío más helador; me hice muy fuerte.
Ahora estoy en todo el mundo, en cada centímetro del planeta. Levantas una piedra y ahí estoy yo, en forma de lombriz, gusano o bacteria. Miras al cielo y allí voy, volando en el cuerpo de las altaneras grullas. Pero lo que más me gusta es cuando formo parte de vosotros, entonces disfruto de la música, admiro la belleza, puedo reirme y soy capaz de sentir de la manera más intensa y, por qué no decirlo, de admirarme a mí misma.
No ha sido un camino fácil. Se me extinguieron los dinosaurios, me enfrenté a glaciaciones, ¡¡vaya rasca, qué frío!!, la de pelo que tuve que echar para poder sobrevivir. Fue mi etapa de mamut y de oso de las cavernas.
Pero aquello pasó, y salí triunfante y más fuerte.
Y ahora os tengo que confesar algo. Por primera vez tengo miedo. El clima está cambiando muy deprisa y no puedo adaptarme. Cada día se me muere una especie, sin que me dé tiempo a crear otra, y creo saber el por qué. El planeta se está calentando, a causa de vuestros malos humos, contamináis demasiado, y ni siquiera sabéis para qué. No os entiendo, creo que tanta inteligencia os volvió locos.
Me estáis destruyendo. Si seguís así, la Vida, o sea Yo, acabaré con vosotros. Sois muy importantes para mí, pero yo lo soy más. Por favor, no me hagáis daño, porque os lo haríais a vosotros mismos. No me gustaría perder a la especie que me ha dado la posibilidad de poder mirar, reir, sentir, amar, y sobre todo, me ha permitido ser consciente de mi propia existencia.

Por César Revenga.